Exactamente un mes después de anunciarse su designación como futuro CEO de Cisco, Chuck Robbins ha empezado a mostrar cómo piensa ejercer su autoridad, al comunicar los nombres de diez miembros de su equipo, una nómina que el comunicado oficial describe como «equilibrio entre continuidad y renovación generacional». Hasta aquí, lo esperado, como era esperado que Rob Lloyd y Gary Moore, los principales lugartenientes de John Chambers – Lloyd era supuestamente el sucesor, hasta que el consejo optó por Robbins – cuyos puestos en la estructura serán suprimidos.
La previsible salida de Lloyd y Moore ha sido condimentada con un detalle curioso. Según un documento enviado a la SEC, la comisión de valores de Estados Unidos, la rescisión de sus contratos contiene una cláusula según la cual durante un año no podrán trabajar para una treintena de empresas para evitar eventuales conflictos de intereses. Por más que esta sea una práctica estándar, la lista es reveladora de qué compañías son vistas por Cisco como potenciales amenazas. En ella está incluído el archienemigo Huawei, pero también HP, IBM, Juniper Networks, Microsoft, Nokia [y Alcatel Lucent] y otras hasta llegar a la última de la lista, VMware, antes aliada y ahora adversaria. Como es sabido, los abogados piensan en todo: se admite que pudieran ocupar un puesto en otras empresas que fueran comprada por una de las vetadas, «siempre que a la hora de su fichaje desconocieran la existencia de tales negociaciones». En caso de infringir la cláusula, Lloyd y Moore perderían sus derechos por disolución del vínculo contractual, de 2,2 millones de dólares cada uno».
Otras bajas que presentan interés son las de dos vicepresidentes de alto rango: Edward Overbeek, que permanecerá un año como asesor especial del CEO, y Padsmaree Warrior, hasta ahora CTO, que se retirará en setiembre y, según versiones, se incorporará como socia de una firma de inversiones. Sobre ellos no rigen, que se sepa, prohibiciones ni vetos.
Hasta aquí, las bajas de relieve. La promoción más importante será la de Chris Dedicoat, que lleva 20 años en la compañía y actualmente ocupaba el puesto de VP para Europa, Oriente Medio, África y Rusia [EMEAR, según la nomenclatura] y pasará al puesto que hasta ahora tenía Robbins como VP mundial de ventas. Otra figura clave será Pankaj Patel, nuevo chief development officer, descrito en estos términos: «estará a cargo de de un ejército de 25.000 ingenieros y una cartera tecnológica de 36.000 millones de dólares». La actual CIO, Rebecca Jacoby, será la nueva SVP de operaciones.
Este domingo, en San Diego, se abrirá Cisco Live, el principal evento para clientes y partners en Estados Unidos. Será la ocasión para que Chamber y Robbins escenifiquen el relevo, aunque formalmente no ocurrirá hasta el 26 de julio. Se espera que, aparte de los homenajes recíprocos de rigor, el nuevo CEO adelante algunos rasgos de su estrategia. Por el momento, hay que quedarse con lo que Robbins ha escrito en su blog corporativo, que se propone «acentuar, acelerar e incluso mejorar el rigor operativo que tenemos en la compañía». Eufemismos que anticipan más cambios en los siguientes escalones de la organización. ¿Hasta dónde llegará la cascada?